jueves, septiembre 14, 2006

México: Stephan, Doroty, Jenny


El viernes por la noche mi chava se lanzó a una fiesta y yo a otra. De inicio todo salió mal. El wey que me invitó nunca me dejo en claro su dirección. De que te metes en esta calle y doblas a la siguiente y si no das, me hablas. Un mamón. Ahí estaba YO de pendejo bajo un aguacero tratando de comunicarme con ese wey desde la calle pues mi jodido celular ya no tenía crédito. 1, 2, 3…10 veces al buzón de voz. En una de esas, creo el wey fue a cagar y agarro la señal, por fin. Oye pendejo, ya no la chingues y pásame la dirección bien. Cuando llegué, pinche fiesta chaquetera gay, puros cabrones, la mayoría de economía, una mezcla entre la mamonería de los de derecho, y la pendejez de los contadores. Solo 2 viejas. Y pacabarla de chingar extranjeras. Una canadiense (jenny) y otra alemana (doroty). La cerveza comenzó a circular y como que las empezó a ablandar. A un wey se le ocurrió poner regueton ¡No mamen! regueton. Salaverga. Pinche chairez de música, pero bueno. Antes, platique un rato con las dos y pese a todo, muy buen pedo. Es muy cagado todo esto porque en la pinche fiesta a todos les salio lo bilingüe. Ya saben, nomas se descuidaba una y como 15 cabrones atrás chingandolas todo el tiempo. Creo que le cayo también 1 italiana pero se abrió luego luego. El wey ese le subió a sus pinches bocinitas y que las güeras, cual si fuera un llamado de guerra, se levantaron y comenzaron a moverse cadenciosa y sabrosamente. Fue algo así como ir al titanium y ver a las teiboleras checas pero de a gratis. Flashes por todos lados. No era para menos. Bailaban entre las dos, se agachaban, se acercaban, sudaban, una se quitó su chamarrita y la aventó al público. Fue como una hora de éxtasis colectivo hasta que llego stephan (un aleman como de 2.10m) y zas que se arma un silencio. Entonces que llego y le regalo una chela, ya wey, alguna es tu vieja. Me dijo que no, pero sacó una camarita y a darle, (pinches fetichistas) le pregunté que por qué no trajo a más viejas y me contestó que las mexicanas están chidas pero son muy pequeñas. No seas pendejo, trae a más alemanas. O yeah, ja, ja, ja. Dame mas corona y lo podemos negociar. Y así de la nada llegó un wey condechi y se las llevo olímpicamente a la vista de todo el mundo. Ni pedo. Tuvo que acabarse. Bye bye reinitas. Órale pensé: Alguna vez cuando vaya a Alemania iré con mis discos de los kumbia kings…

*Nota: Este blog iba a ser ilustrado por unas deliciosas fotos, pero el culero de mi cuate no me las ha querido pasar. en cuanto lo haga, deleitense.

2 eyaculaciones:

ches fiestas culeras a las que vas, deberían variarle al desmadre, y pos con las viejas ni modo; la tierra es de quien las trabaja, camara culero nos vermox.

Maldito Isra... para que sepan yo soy el cuate culero que no dió bien la dirección y que no había enviado las fotos.... wey, que tal las puñetas??? eso querías verdad??? pronto viene una fiesta, y ya estás invitado!!!