viernes, julio 13, 2007

Pregúntale al polvo

Cuando uno esta deprimido se sabe excluido y despreciado, en ese momento cualquier movimiento que hagas te saldrá mal, te comerán los problemas y cada vez iras más y más abajo. Justo en la caída tienes que prenderte de algo, agitar tus brazos en la nada, gritar, buscar un borde, alguna rama, detenerte aunque sea un instante y no llegar de un solo golpe al fondo. Asirme de ti, encontrarte en los libros. Llenarme de alcohol. Y como máquina de escribir, vomitarte poesía. Es en esos momentos de autorreflexión cuando nos sabemos miembros de nuestra hermosa sociedad. Esa que quién sabe qué busca, destruyendo tantas mentes.

Así, la perra historia nos dice, que la vida de buenísimos escritores son dignas de admirar y no por ser ejemplares, sino porque están plagadas de desgracias puras. John Fante murió a causa de diabetes, la maldita enfermedad le carcomió las dos piernas. Como muchos otros, antes de publicar su obra tuvo que soportar una y otra vez el rechazo editorial. No obstante, su vida fuera de la literatura también fue en declive. Sin dinero. Sin trabajo. Aún así sus textos están llenos de honestidad, valentía y fuerza. El mismo Buk, quién prologa Pregúntale al polvo dice que treinta y nueve años después de haberlo leído, el libro todavía se sostiene. “Pero cierto día cogí un libro, lo abrí y se produjo un descubrimiento…Las líneas se encadenaban con soltura a lo largo de las páginas, allí había fluidez. Cada renglón poseía energía propia y lo mismo sucedía con los siguientes. La esencia misma de los renglones daba entidad formal a las páginas, la sensación de que allí se había esculpido algo. He ahí un hombre que no se asustaba de los sentimientos. El humor y el sufrimiento se entremezclaban con sencillez soberbia.”

No lo sé, pero después de haber leído esto creo que mi vida ha concluido. ¿Se puede esperar más?

*Cómo el libro es excesivamente bueno, ahora no les comparto fragmentos, esos me los quedo yo.

Israel Chávez

1 eyaculaciones:

si de hecho fue el Bukowski el que hizò salir a la luz sus novelas. Que me lateria leer en especial la que posteas, sale don nos vermox.
commodore