viernes, mayo 14, 2010

After dark


“Una motocicleta se detiene frente a la entrada del hotel Alphaville. Una gran Honda último modelo. La conduce un hombre con casco que le cubre toda la cara. Deja el motor en marcha, como si quisiera estar listo para escapar en caso de que sucediera algo. Cazadora ceñida de piel negra y pantalones vaqueros. Botas de caña alta. Guantes gruesos. El hombre se quita el casco y lo deja sobre el depósito de gasolina. Tras echar una mirada alrededor con aire precavido, se despoja del guante de una mano y saca un teléfono móvil del bolsillo. Pulsa un número. Es un hombre de unos treinta años. Pero castaño, cola de caballo. De frente ancha, mejillas hundidas, mirada penetrante. Mantiene una breve conversación. El hombre cuelga y se guarda el teléfono. Se pone el guante, espera…coge el caso, se lo pone, llama a la prostituta con un ademán y ella se monta en la moto. La mujer se agarra con ambas manos. Se vuelve, mira a Mari, mira a Kaoru. Está a punto de decir algo, pero mejor cubre su pistola automática. Da un fuerte tirón de manos, acelerador a fondo, se va. El ruido del tubo de ensaye retumba majestuosamente en las calles, en horas de madrugada.”

* Haruki Murakami. After dark. España: Tusquets. 2008. 248 p.

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